Factores como embarazos, variaciones en el peso, sedentarismo y la edad, entre otros, determinan la aparición de depósitos de grasa, flacidez de piel y músculos, estrías y distención del abdomen.
Cuando los músculos abdominales se han distendido y separado de la línea media, ya no dan la debida contención a los órganos intraabdominales y si a esto se suma piel flácida, sin buena capacidad de retracción y adiposidad, esta situación, desafortunadamente, no mejora con un plan alimentario y actividad física regular.
La abdominoplastia o dermolipectomía abdominal, consiste en retirar el exceso de piel y grasa y tensar los músculos del abdomen para devolverle un aspecto más plano, firme y joven.
La incisión es realizada por arriba del pubis, lo más bajo posible para que quede oculta bajo la ropa interior o traje de baño y otra muy pequeña alrededor del ombligo, aunque esto puede variar de un paciente a otro, dependiendo del grado de laxitud y flacidez de los tejidos. La calidad de las cicatrices mejora con el trascurso del tiempo, hasta volverse imperceptibles en ocasiones.
La duración del procedimiento es de 2 a 3 horas aproximadamente. Tras la cirugía el paciente requerirá una noche de internación y unos 10 días aproximadamente de reposo, tras los cuales podrá volver a sus actividades laborales. Como en cualquier procedimiento quirúrgico, aunque sean mínimas, existe la posibilidad de infección, sangrado y complicaciones con la anestesia. Los hematomas y la inflamación desaparecen en algunas semanas. Es necesario el uso de una faja durante el mes posterior al procedimiento para dar contención, reducir la inflamación y que la piel se adapte a la nueva figura.
Este tipo de cirugía es con frecuencia asociada a liposucción, para obtener un mejor resultado.